
Centro de Apoyo Escolar APAER – Añatuya
Una Historia de Solidaridad y Educación que Transforma Vidas
El Centro de Apoyo Escolar APAER – Añatuya es un claro ejemplo de cómo la educación puede mejorar el futuro de una comunidad. La educación es la clave para el desarrollo personal y social, abriendo oportunidades y reduciendo desigualdades. En APAER creemos en la educación como una herramienta poderosa para transformar vidas, y por eso, desde hace años, trabajamos junto a docentes y comunidades rurales para brindar oportunidades a niños y jóvenes que enfrentan la desigualdad en su aprendizaje.
El Sueño de Franco
Franco Carrizo es un joven santiagueño cuya historia refleja el impacto de la educación y la solidaridad. Becado por APAER en 2018, hoy es Docente de nivel primario y el líder de un proyecto que ha cambiado la realidad de su comunidad. Junto a su hermana Alicia, Franco soñaba con ayudar a los chicos de su zona rural en Campo Rosso, a 7 km de Añatuya. En 2017, con mucho compromiso pero sin recursos ni infraestructura, comenzaron a dar clases de apoyo bajo la sombra de un algarrobo. Al principio, solo cinco niños asistían, pero el esfuerzo y la dedicación hicieron que el proyecto creciera rápidamente.
A medida que el proyecto fue creciendo, más familias y voluntarios se unieron al esfuerzo. Sin embargo, uno de los mayores desafíos fue contar con un espacio físico adecuado. Durante años, el sueño de tener un lugar propio parecía lejano, pero en 2022 logramos hacerlo posible. Gracias al apoyo de de Arminda y Jean Pierre, un matrimonio solidario profundamente comprometidos con este proyecto, conseguimos comprar un módulo donde actualmente funciona dos aulas, lo que permitió a los chicos estudiar en condiciones más cómodas y con los recursos necesarios para su aprendizaje. Hoy, el Centro de Apoyo Escolar recibe a más de 80 estudiantes de nivel inicial, primario y secundario, y acompaña a jóvenes que continúan estudios terciarios, algunos de los cuales, en un hermoso gesto de retribución, hoy ayudan a otros chicos a seguir aprendiendo.
Un Espacio que Fortalece la Comunidad
Desde el inicio, hemos acompañado este proyecto, proporcionando no solo el apoyo para conseguir el espacio físico, sino también becas, materiales escolares, asistencia alimentaria y otros recursos fundamentales para que los chicos puedan mejorar su rendimiento. Además, hemos contado con la colaboración de otras organizaciones y donantes que trabajan junto a nosotros para que el centro continúe creciendo y ofreciendo oportunidades a más jóvenes.
El Centro de Apoyo Escolar ha crecido hasta convertirse en un verdadero núcleo comunitario. No solo se imparten clases, sino que también se han formado grupos de aprendizaje que fomentan valores esenciales como la solidaridad, la responsabilidad y el esfuerzo:
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Grupo Solidaridad: Para los más pequeños que aún no han sido alfabetizados.
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Grupo Responsabilidad: Para alumnos con dificultades en la alfabetización.
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Grupo Esfuerzo: Para estudiantes que ya leen y escriben, pero necesitan mejorar su comprensión.
Además, las familias juegan un rol clave en el proyecto, participando en la preparación de la merienda, la limpieza y el mantenimiento del centro. Todo esto fortalece la comunidad y afianza el sentido de pertenencia.
Hoy, algunos de los estudiantes becados ya se han graduado y colaboran en el centro, ayudando a los más grandes y demostrando cómo la educación puede generar un ciclo continuo de oportunidades para todos.
El Futuro del Centro: Biblioteca y Sala de Computación
El Futuro del Centro: Biblioteca y Sala de Computación
El trabajo continúa y el próximo desafío es ampliar las instalaciones para crear una biblioteca y una sala de computación. Estos nuevos espacios permitirán a los estudiantes acceder a más recursos educativos, como libros y tecnología, y mejorar sus habilidades digitales. Esto, a su vez, abrirá nuevas oportunidades para su desarrollo académico y profesional.
¡Sumate como Donante!
Cada metro cuadrado construido representa una nueva oportunidad para el futuro de estos jóvenes.
Sumate con tu donación y juntos construyamos un mejor espacio para la educación y el futuro de cientos de chicos.
Conocé más sobre nuestro Centro

Testimonio de Franco
«Hola, mi nombre es Franco Carrizo, soy docente del nivel primario y resido en Campo Rosso, un paraje rural de Santiago del Estero. En 2017, junto a mi hermana Alicia, decidimos emprender este proyecto porque veíamos la necesidad de brindar acompañamiento a los chicos de nuestra zona que, a pesar de comenzar la primaria y secundaria, abandonaban sus estudios por falta de apoyo. En 2017, comenzamos a enseñar bajo un algarrobo con recursos muy limitados. Solo asistieron 5 chicos, en un día de calor abrasante, con más de 40 grados. Era difícil, pero no nos rendimos. Sabíamos que este espacio iba a hacer una diferencia.»
«A medida que pasaron los años, la matrícula fue creciendo. Con el tiempo, se sumaron más de 70 niños. El proyecto tuvo un gran impacto en la comunidad, pues muchos chicos mejoraron sus estudios y se sintieron más acompañados. A pesar de los esfuerzos, golpeamos muchas puertas sin éxito hasta que llegamos a APAER. Desde que hablamos con ellos, se mostraron interesados y nos brindaron su apoyo. No solo creyeron en el proyecto, sino que se comprometieron a ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos.»
«APAER ha sido fundamental para que este proyecto siga adelante. Actualmente, más de 16 chicos reciben becas para continuar sus estudios en nivel primario, secundario y terciario. Algunos de ellos, ahora graduados como profesores, se han sumado a ayudar a los más grandes en el centro. Este apoyo no solo se ve en las becas, sino también en la búsqueda de un espacio físico adecuado para el centro. En principio, todo parecía lejano, pero en 2022, gracias a APAER, pudimos lograr el sueño de contar con un espacio propio donde los chicos tienen acceso a libros, materiales y un lugar cómodo para estudiar.»
«Este centro ha tenido un gran impacto a nivel provincial y sigue creciendo. No solo se trata de un lugar donde los niños reciben apoyo escolar, sino también de un espacio de acompañamiento emocional, donde cada niño se siente valorado y apoyado. Es un lugar que representa la lucha, el esfuerzo y la solidaridad de muchos. Hoy, con la ayuda de APAER, nuestro centro continúa creciendo y ayudando a muchos más chicos a cumplir sus sueños educativos.»